Ya hace tiempo de noche, al meterme en la cama había unos días en que oía unos ruidos bastante misteriosos. Creo que es típico que al oir ruidos nocturnos y sobre todo a la hora de dormir un@ empieza a pensar todo tipo de explicaciones irreales. A oscuras y quieta en la cama a falta de más ruido se oía perfectamente un ligero sonido parecido al que se produce al raspar algo. Al encender la luz, cómo no, el ruido desaparecía. Empecé a investigar. Puse la oreja a punto, estando a oscuras y como si fuera un radar intenté localizar el origen. Y logré localizar el origen y la causa. Mi oreja me llevó hasta los tiestos de las plantas que hay en mi dormitorio. Así que pensé que tenía que ser algún insecto con ganas de juerga. Mirando-mirando lo que encontré fue un caracol, nada más ni nada menos, el ruido lo producía el. Cernuella cespitum, el primo del caracol que encontré Se estaba comiendo las plantas y cada bocado que daba hacía el suficiente ruido como para emparanoiarme...
breves comentarios sobre la pura observación, curiosidades y anotaciones sobre el mundo silvestre que nos rodea.