La primavera es sinónimo de cambio constante, entropía, movimiento y locura. A mi personalmente es la época del año que más me gusta. La energía se nota en el ambiente. Las hojas y flores revientan en el entorno y cambian el paisaje gris, marrón por verde fluorescente y coloridos. No solo es un regalo para la vista si no que el resto de sentidos también se activan con los olores de las flores, el tacto suave de las hojas nuevas y el gusto de las plantas tiernas y algún que otro fruto tempranero. Pero a pesar de todo este positivismo la primavera también tiene algunos puntos adversos. Toda esta claridad y colorido nos engaña y a las plantas también. Nos hace confiar en que ya el tiempo del frió se va quedando atrás, y en un descuido la primavera se da la vuelta y nos hiela los brotes, las flores. Se ríe de aquellos ingenuos que no la conocen bien. Esto mismo ha pasado hace pocos días. Llevamos unos cuantos días de temperaturas agradables, mucha luz y poca humedad. Muchas plantas ...
breves comentarios sobre la pura observación, curiosidades y anotaciones sobre el mundo silvestre que nos rodea.